No nos engañemos, por mucho que madrugues el primer día no vas a encontrar ninguna ganga, libro con precio erróneo u oferta extraordinaria. Es más, si lo dejas para el último día, te admitirán casi de buen grado el regateo.
Si de verdad estás buscando algo especial, raro, edición concreta, etc., emplea internet. La mayoría están en Iberlibro, tienen webs propias, o como mínimo correo electrónico. Indica qué es lo que buscas; muestra más o menos entusiasmo, según estés dispuesto a que te hagan más caso (y que te cobren más), y a esperar. Una Feria no es para eso, es un acto social, un ritual, no un sitio donde encontrar libros baratos o imposibles. Es como ir a una fiesta de empresa esperando divertirse, o intentar adelgazar comiendo jamón light.
Hazte el simpático, pero sin pasarte.
En los puestos de antiguo, menosprecia a los que sólo llevan saldos, rebajando la categoría de la feria (por cierto, sigue habiendo Ospreys-RBA 2 euros).
En los de saldos, critica a los carcamales que llenan sus puestos con morralla (libros de Planeta - Espejo de España, a 4 euros; recién reeditados a 35). Lo fundamental es establecer un vínculo con el comerciante.
Si compras de vez en cuando, sin pasarte, y eres capaz de rechazar “ofertas” o “hallazgos inesperados” puede interesarte que te conozcan y te den trato de cliente (más o menos) preferente. Si eres demasiado compulsivo, (reconozcámoslo: un pardillo), cambia de aspecto entre visita y visita, a ser posible para peor. Pedir descuentos con traje y corbata en pleno mayo con 35º a la sombra puede resultar patético, además de incómodo. Si finalmente te niegas y te niegas a comprar ese libro a ese precio, pero te arrepientes, no vuelvas en persona, sino que emplea a un amigo, amiga, etc. No te sorprenda que a ellos sí les rebajen algo.
Lleva sólo el dinero que estés dispuesto a gastarte. Y no lleves tarjetas, cada año las admiten más y más casetas.
La primera compra es la más difícil. Lleva las bolsas del año pasado con algo de carga, para que vean desde el principio que eres un buen consumidor. Es más fácil conseguir descuentos si muestras en tu indumentaria que no te sobra el dinero, y más aún si muestras que compras muchos, muchos libros. (La mayoría de feriantes tampoco visten de forma especialmente elegante, y han empezado en esto como compradores compulsivos de letra impresa).
No seas impulsivo, a no ser que estés muy seguro. Por ejemplo, el libro de Garriga sobre March se puede encontrar a 6, 15 y 18 euros.
No improvises las compras. Por ejemplo, es fácil confundir a Oswald Mosley (fascista inglés) con Leonard Mosley (periodista más o menos sensacionalista de la SGM).
Reconozcámoslo. Mejor solo que bien acompañado (de quien sea).
Si tus amistades no comparten estas aficiones y no obtienes un especial placer perverso en distanciarte de ellos, no los atormentes arrastrándolos por la feria. Si les interesan los libros tanto como a ti la colombofilia, sé comprensivo y no te arriesgues a verte obligado en unos meses a asistir a conferencias sobre los hábitos migratorios de la torcaz abisinia.
Si vas con otro apasionado en los libros de farmacia... dudo que os comprendáis mutuamente, a no ser que déis con un puesto especializado en farmacia militar.
Pero sobre todo, lo peor, nunca quedes con alguien que busque libros del mismo tema que tú. Terminaréis llegando a las manos, si no algo peor, ante ese raro ejemplar de la autobiografía de Serrano Súñer marcado a 6 euros.
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