Summerville, Christopher: La marcha de la muerte.la retirada a La Coruña de sir John Moore, 1808-1809. Inedita Ediciones y Book4pocket, Barcelona 2006 (cartoné) y 2008 (bolsillo) 296 pgs. (bolsillo).
A lo mejor es debido a que he simultaneado su lectura con obras mucho más pesadas, pero lo cierto es que, por lo menos para este no-especialista en rifirrafes napoleónicos, se agradece una obra concisa, clara, bien narrada, que muestra sus objetivos y es consecuente con el mismo: reivindicar las decisiones y acciones de sir John Moore en su periplo peninsular, hasta terminar en la batalla de La Coruña, más conocida tradicionalmente en España como de Elviña. Reedición en bolsillo de uno de los primeros títulos de Inédita, Summerville se basa única y exclusivamente en fuentes inglesas, despreciando -como suele ser habitual- todas las demás, tanto españolas como francesas (a los portugueses ni los mencionamos, por supuesto).
Para los que quieran una descripción sucinta de la batalla aquí tienen un análisis excelente. El libro, sobre todo, se centra en la marcha del ejército inglés por la península, despachando la batalla en apenas treinta páginas finales, siempre desde un punto de vista no ya británico, sino inglés. Resulta que, en su afán antinapoleónico, el gobierno del Reino Unido poco menos que creó un ejército de la nada, y lo envió hacia la nada, es decir, sin saber nada de la península ibérica poco más allá de las afueras de Lisboa. Sus aliados portugueses tampoco conocen lo que hay poco más allá de Cáceres, y los españoles, cual ignotas tribus africanas, se comportan extraña y aleatoriamente frente a los nobles soldados británicos, que sólo piden un vinito de vez en cuando para seguir con su camino.
Por resumirlo suscintamente, la España de 1808, particularmente entre Cáceres y La Coruña, pasando por el Bierzo, no se parecía demasiado a los típicos campos de batalla europeos, en medio de geografías prósperas y habituadas al trasiego de gallardos ejércitos. Menos aún en invierno. Pese a tantas críticas, sorprende que, en su encuentro por fin con tropas regulares españolas, comprueben que éstas, pese a moverse en su propio país, están mucho peor equipadas y mandadas, faltas de todo excepto en piojos y enfermedades, y que ellas sí vienen de enfrentarse a los franceses al mando del mismísimo Napoleón, y no como los británicos, que simplemente van dando vueltas de un sitio a otro, "confiscando" de vez en cuando lo que estiman necesitar.
Por no alargar esto demasiado... no me hagan caso, léanse el libro. Pese a todo el ejército británico siguió siendo un ejército, y consiguió reembarcar con la moral intacta. Moore puede que no acertase en todo, pero pudo haberse equivocado mucho más, perdiendo el único ejército con el que contaba su país y hundiendo el prestigio de los insulares en la península, contra un ejército francés que, a poco que le dejase reagrupar, le superaba ampliamente en número y veteranía. Summerville, aún autolimitándose al punto de vista de los soldados británicos que publicaron sus recuerdos, compone una obra que se lee de un tirón y que constituye un buen contrapunto a tanta celebración patria que ven en el centenario del 1808 como un acontecimiento, como mucho, madrileño.
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