Norman Lewis: Nápoles 1944: un oficial del Servicio de Inteligencia en el laberinto italiano (Naples 44: An Inteligence Officier in The Italian Labyrinth, 1978) RBA bolsillo, Barcelona 2008. 256 pgs. ISBN: 9788498671032
Un, para mí, curioso clásico de la llamada "literatura de viajes", un género muy anglosajón que día a día gana más adeptos en nuestra lengua. Me da la impresión de que quienes más los consumimos somos precisamente los menos aventureros, los que cuando vamos de acampada nos acordamos más de llevar papel higiénico que no cuchillo de monte. Y es que leyendo a Chatwin, la verdad, no me entró ningún impulso irrefrenable por visitar la Patagonia argentina o la costa de los esclavos, ni Magris consiguió que suspirase por su Danubio, lo que no quita que disfrutase enormemente con su lectura, como con la de Burton o, por algo lo dejo en último lugar, por los de Manu Leguineche.A los que se acerquen a este libro desde la perspectiva de "la piel" de Malaparte (ya sea la película o la novela) reconocerán de forma inmediata ese Nápoles anárquico y hambriento, decadente y vital, supersticioso y devoto. Pero con Lewis este Nápoles terrible y camorrista se vuelve tierno y sentimental, comprensivo y humano. Lewis, (un auténtico cachopán, segun su necrológica en The Guardian/Clarín) se muestra comprensivo con delincuentes y prostitutas, estafadores y rateros. En definitiva, con todos los que tienen suficientes recursos como para sobrevivir a la guerra y, sobre todo, a la posguerra. Lo que en Malaparte era sórdido y truculento, en Lewis es esperanza y vitalidad. Su espíritu, optimista y comprensivo, transforma anécdotas a primera vista escabrosas en cuadros llenos de ternura e incluso optimismo, pues demuestran cómo, a fin de cuentas, lo importante es seguir vivo, excepto cuando la apariencia de dignidad está en peligro. Toda su comprensión con los italianos se vuelve ácida crítica cuando habla de las autoridades de ocupación -de las que forma parte- y de su alianza con "los de siempre", lo que hace que todo intento de llegar a algún resultado en algún tema importante (mercado negro a gran escala, enfermedades venéreas, etc.) sea imposible.
Se lee en un suspiro, pero no se olvida fácilmente.
Coincido plenamente con el comentario sobre este libro que se lee casi de un tirón y que logra hacerte sentir simpatía por los pequeños delincuentes (obligados por la necesidad o no) y los trapicheos de unos napolitanos forzados a buscarse la vida tras varios años de guerra (y los que les quedaban).
ResponderEliminarUn gustazo de libro.
Un saludo.