Entrevista a Antonio Manzanera, autor de La suave superficie de la culata y de El informe Müller
-¿A qué genero corresponde
más La suave superficie de la culata? ¿O consideras que etiquetas
como novela negra, histórica, thriller... sólo son útiles para distribuir en
secciones una librería?
En
mi opinión, como lector, el género es útil únicamente como medida de
orientación. A partir de ahí el libro tiene una promesa que cumple o no, en
función de cómo sea la historia y cómo esté escrita. “La suave superficie de la culata” es, ante todo, una novela sobre
la mafia. Ahí no hay engaño posible. Se mezcla en ella una trama de intriga por
un asesinato aparentemente sin resolver, y una operación de servicios de
inteligencia para matar a Fidel Castro. Es cierto que buena parte de los hechos
que ocurren en el trasfondo del libro son reales, aunque no por ello la
calificaría como “histórica”. Lo que sí pretendo es que lo que cuento sea
creíble, y de ahí mi obsesión por la precisión histórica de los personajes,
lugares y hechos que transcurren en cada una de las escenas.
-¿Qué va antes, la
documentación o la idea? ¿Pasión por una época, o por contar historias en
cierto modo universales? Porque no negarás que temas como el crimen organizado,
el blanqueo de dinero o la mafia son tan actuales ahora como en 1963.
Antes
va la idea, luego la documentación, y luego se vuelve a la idea para hacerla
encajar en aquel momento. Eso es al menos lo que yo hago. Quise escribir una
historia que explicase cómo funciona el crimen organizado y, buscando la mejor
época para ubicar la trama, encontré la Administración Kennedy a principios de
los 60. Un periodo histórico en la que la mafia, los servicios de inteligencia
y la alta política se mezclaron como el café y la leche. Sin duda, son
temáticas actuales, aunque los tiempos han cambiado mucho.
-¿Kennedy, mito o
excusa?
Yo
sostengo la opinión, compartida por muchos otros como recientemente Inocencio
Arias en un artículo en El Mundo, que JFK fue un personaje muy sobrevalorado
debido, posiblemente, a su trágico final. Su mandato no fue especialmente
brillante, como demuestran los sondeos de popularidad a la baja (dos meses
antes de morir tocó su mínimo histórico). Y por si esto fuera poco, gente como
Oliver Stone se empeña en difundir camelos como que JFK pretendía retirar las
tropas de Vietnam, cuando fue él quien las había aumentado. La realidad es que
Kennedy, según los que le conocieron, fue un niño rico, caprichoso y
consentido, cuya ambición por el poder sólo era comparable a su deseo por las
mujeres hermosas. Con todo, es preciso reconocer que impulsó reformas sociales
muy avanzadas para su época, y que supo manejar a la prensa como nadie. Amañó
las elecciones pactando con el diablo y eso, entre otras cosas, acabó
costándole la vida.
-Creo percibir por tus respuestas y por lo que te he leído, que la visión digamos romántica o "comprensiva"
de la mafia, de Puzo, o más bien de Coppola,
no te es muy simpática. ¿Algo que declarar?
“El
Padrino” ha hecho mucho daño a la percepción social del crimen organizado. Si
bien las películas son grandes clásicos del cine, la visión que ofrecen de la
mafia como un conjunto de hombres honorables que sólo matan si se les ataca
primero es absolutamente falsa. La mafia italoamericana estaba (y está)
integrada por hombres sin escrúpulos cuya única ley es la obediencia ciega al
jefe. Ha habido tipos que para ser admitidos en una familia mafiosa no han
dudado en asesinar a sangre fría a amigos que conocían desde la infancia.
¿Y personajes como los de la serie Los Soprano?
Los
Soprano me parece una serie que retrata con mucha más fidelidad cómo funcionan
en la actualidad estos grupos mafiosos. La mafia no perdona la traición, y algo
de eso hay en “La suave superficie de la
culata”.
-Aunque ya tienes unas tablas
considerables en responder amablemente a entrevistadores ¿Hay alguna pregunta
que aún no te hayan hecho, y que desees contestar?
Sólo
me queda dar las gracias por la atención y el interés. Es genial que los blogs
y portales de internet especializados en novela abran cada vez más espacio a los
jóvenes autores españoles. Para nosotros es complicado abrirnos camino en los
medios de comunicación tradicionales, los cuales sólo están preocupados por
unas audiencias que ya sabemos todos de dónde vienen. Sólo así se explican las
apariciones editoriales de determinados fenómenos que consigue gran repercusión
en medios, mientras que otros muchos autores con gran talento marchitan en el
anonimato.
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